Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
05 Jun 21
Mateo 5,13-16
Ustedes son la luz del mundo
Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea.
Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa .Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Mateo recoge aquí, con acierto, la percepción de Jesús de lo cotidiano, dándole una dimensión de alta espiritualidad, pero muy conectado con el aquí y el ahora de su tiempo. La Sal y la Luz, fueron para Jesús Niño, experiencias cotidianas. Seguramente vio como María cuidaba la frescura de los alimentos con sal, y otras veces veía, esparcirla sobre ellos para que recuperaran su sabor original. Una experiencia tan similar como cotidiana, ocurrió con la Luz. Diariamente, había que ocuparse de la Luz. Seguramente, dejar una lámpara encendida al anochecer, procurando siempre, en el día, una ubicación, en un lugar donde alumbre a todos los de la casa. Para Jesús , no pasaron desapercibidos estos dos elementos en su vida en el Nazareth de su infancia, junto a María y José. Este bello texto de hoy, seguramente, transcribe las palabras mismas de Jesús… a mi juicio, unas de las más hermosas. Las dice después de su magistral Sermón de la Montaña, como final y resumen de todo el Mensaje. (vale la pena ir atrás y retomar el texto desde el comienzo del cap. 5.) El lugar donde las expresa, es un entorno genial… una pequeña colina, que rodea el gran lago de Genezareth. Sus palabras, no están dirigidas solo a los Apóstoles, “a la multitud que lo seguía y donde alguna vez, multiplicó los panes”.
La Sal y la Luz son todo el Mensaje, y el perfil del enviado a transmitirlo, nosotros mismos. Aquí y ahora. Hoy necesitamos ser cuidados y cuidadosos (nosotros mismos) de recuperar la frescura joven del Mensaje de Jesús, con todas sus implicancias, individuales y sociales, como también en un contexto distinto. Siempre, para darle a las gentes “razones para creer y razones para esperar.” (Vat. II) Cómo hacerlo, cómo asumimos este desafío en medio de una Pandemia, y cambios sociopolíticos… es nuestro compromiso personal y cotidiano. Me animan palabras como: ”Brille vuestra Luz para que viendo…“ Otras, nos previenen: “pero si la Sal se desvanece ¿ cómo devolverle el sabor?” También me llaman, a cuidar la Luz y la Sal de nuestra FE: ”para que no sea pisada por las gentes, porque ha perdido su sabor como también, su luminosidad.
Mateo es el primero Evangelio que encontramos en el Nuevo Testamento. Lo escribe, muy cerca de los Hechos, (para la época, entre los (50/60 DXTO) reúne los datos de testigos, escritos parciales de discursos, relatos de milagros, parábolas, etc. Su oficio de Recaudador de Impuestos para Roma, dice ser una persona con algún estudio o capacidad de gestión para “armar” un escrito que reúna lo central de la vida y Mensaje del Señor.
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