Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
23 Jun 18
Mateo 6,24-34
No os agobieis por el mañana
«Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal
Tener el vestido a la última moda y los zapatos del día, el último modelo de carro, el último grito de la tecnología y botar a la basura el anterior modelo, … ésa es la preocupación de tanta gente hoy día. Cuánta gente anda loca, no sólo por comer y vestirse en el futuro, sino por acumular más y más, sin importarle cómo… y de comprar más y más, aunque sean cosas poco necesarias, en esta nuestra sociedad mercantilizada, ésa es la carrera… No importa cómo acumulamos, aunque sea a costa del otro y pisoteando al otro, aunque veamos día a día a nuestro paso por la ciudad, cantidad de gente que sí tiene hambre, que no tiene lo esencial. Pero, nosotros, ¡TENEMOS que tener más!
En Chile, el 1% de la población acumula el 30% de los ingresos del país! Qué injusticia, ¿no? Y nada que ver con aquello de “primero buscad el Reino de Dios y haced su voluntad”, así como nos había enseñado Jesús, nuestro hermano mayor, preocupándonos del otro, del prójimo, del más pobre, de lograr ese Reino que es la fraternidad, solidaridad e igualdad para todos. Seguimos indiferentes ante estas grandes diferencias de la vida.
No podemos, como dice el Evangelio “Servir a dos Señores”, al dinero y a Dios… o a nuestro egoismo y al prójimo, al mismo tiempo. Algo tenemos que soltar! No podemos seguir con ese culto al dinero; como, entre tantas cosas que nos dice el papa Francisco: «No a una economía de la exclusión y la iniquidad. Esa economía mata».
Qué felices las florecillas del campo, ¿no? Esas bellezas que todos gozamos… y ellas sin preocuparse sino de seguir sembrando la vida, aún a pesar de su muerte, ¡para que TODOS sigamos gozando de esa vida plena!
“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura…” ¿Habrá cuándo aprendamos de estas sencillas palabras?
Marino Restrepo explica en una de sus charlas que Salomón pidió sabiduría y añadida a esta petición se le concedió una prosperidad que se quisiera el mas millonario….EL modelo en el cual el 1% tiene el 30% de la riqueza también lo vivimos nosotros cada día, sin darnos cuenta caímos en esta sociedad que criticamos…pero cuando abrimos una rendija del corazón al Creador al que nos redimió en la Cruz…entra un vendaval de Espiritu Santo que nos hace sabios en humildad, vemos las ternuras y maravillas que hizo El Prisionero de la Ostia con nuestros padres y hace con nosotros….Pedir, ofrecer, agradecer, hacer, comenzar de nuevo va de la mano de la Corredentora…unidos a su cordón umbilical dice ella a MANUEL JESUS …el Rosario..
《Hacia el año 90 d.C., en Armenia, el rey Polimio tenía una hija poseída por un demonio quien exclamaba por labios de ella: “Bartolomé, ¿también nos echarás de este lugar?” Entonces, el rey ordenó buscar a Bartolomé, y cuando el Apóstol de Cristo estuvo al lado de la muchacha, el demonio huyó al instante, siendo así sanada.
El rey, deseando mostrar su gratitud al Santo, le llevó camellos cargados de oro, plata, perlas y distintas piedras preciosas. El Apóstol, en su gran humildad, no guardó nada de lo que había recibido, sino que devolvió todo al rey, diciendo: “Yo no busco estas cosas, sino más bien el alma de los hombres; y si las consiguiera y las llevara a las mansiones del cielo, seré un gran mercader ante los ojos del Señor.”
El rey Polimio, impactado por estas palabras, comenzó a creer en Cristo junto a toda su familia y recibió el bautismo del Santo Apóstol, junto con la reina y la hija que el Santo había sanado, además de una gran cantidad de nobles y gente de esa tierra.》