Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
08 Jul 08
Mateo 9, 32-38
La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos.
“En aquel tiempo, llevaron a Jesús a un hombre mudo endemoniado. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. Y la gente admirada, decía: “Jamás se vio cosa igual en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”.
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: “La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”.
Jesús venía haciendo curaciones milagrosas, acompañado de sus discípulos y de una multitud admirada, esperanzada, entre quienes también se encontraban aquéllos que lo seguían para criticar o desconocer su obra mesiánica.
No obstante, El cumplía su misión y enseñaba en todo momento, con actos concretos, la fidelidad al Padre, el amor al prójimo, lo infinita de su misericordia y, como EL Maestro que era, también va creando conciencia de las necesidades de las mayorías y llamando a trabajar en la “viña del Señor”
“La mies es mucha y los obreros pocos”
¿Cómo interpretar hoy esta frase? ¿Qué sentido tiene para nosotros, cristianos comprometidos o no?
Definitivamente, estas palabras encierran un llamado a comprometerse a “trabajar por el Reino”, a mirar a nuestro alrededor y descubrir esas “multitudes que van como ovejas sin pastor”……
Cada uno (a) desde su realidad, está llamado(a) a descubrir su misión de acuerdo a su vocación y a los talentos que el Señor le confió, lo que no puede suceder, es que seamos indiferentes, individualistas, ajenos a las necesidades de las multitudes porque eso es lo que está matando a la humanidad.
¿A qué estamos dispuestos para demostrar nuestro compromiso cristiano?
¿Qué significa el SI que le damos al Señor para trabajar en su viña?
Hermanos(as), ahora más que nunca, no podemos ser indiferentes o tibios.
Han pasado tantos siglos desde que Jesús llama a recoger la mies y los obreros siguen siendo pocos.
¿Acaso no hemos comenzado bien?
“Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies”
¿Será que, dejándonos llevar por la soberbia, nos hemos olvidado de contar con ÉL?
Recordemos que toda acción debe ser alimentada por la oración. Tengamos presente que contamos con la fuerza del Espíritu para cumplir la misión y seguir los pasos del Maestro si ponemos en práctica sus enseñanzas con fidelidad.
Meditemos sobre nuestro compromiso: ¿Qué clase de obreros somos? ¿Cómo estamos en el campo: como simples observadores (as) criticones(as) negativos(as) o como obreros eficientes?
Jesús, te pedimos nos ayudes a descubrir con claridad nuestra misión para trabajar con amor en tu viña, cumpliendo tu voluntad y siguiendo tus enseñanzas. Amén
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