Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
17 Sep 16
Mateo 9, 9/13
¡Sígueme! Él se levantó y lo siguió.
Jesús ya se iba cuando vio a un hombre llamado Mateo sentado en el lugar donde se pagaban los impuestos. Jesús le dijo: «Sígueme». Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
Jesús estaba comiendo en la casa de Mateo y allí llegaron muchos cobradores de impuestos y pecadores. Todos comieron con Jesús y sus seguidores. 11 Cuando los fariseos vieron esto, empezaron a preguntar a los seguidores de Jesús:
—¿Cómo es que su maestro está comiendo con los cobradores de impuestos y pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
—Los sanos no necesitan médico, los enfermos sí. Así que vayan y averigüen lo que significan estas palabras: “Yo no quiero sacrificios, sino que ustedes tengan compasión”. Pues yo no he venido a invitar a los buenos a que me sigan, sino a los pecadores.
Dios respeta al hombre en su integridad y cuando llama a alguien a su servicio, en su solemne poder, ni lo violenta ni lo atosiga, sino que, con paciencia y amor le deja casi andar a la deriva o al vaivén de las circunstancias. No es fácil dar una respuesta como la da Mateo, pronta, sincera, total.
Jesús no hace diferencia de personas, el los llama a todos, los acoge a todos: a los leprosos, a los enfermos, extranjeros, mujeres, endemoniados, también a los publicanos que, en ese tiempo eran tomados como personas impuras.
De hecho las primeras personas llamadas a seguir a Jesús fueron cuatro sencillos pescadores, todos judíos, también llama a un publicano, considerado entonces pecador y tratado como impuro. Los demás evangelistas llaman a este personaje Leví, aquí, en cambio se le llama Mateo, nombre que quiere decir «don de Dios».
Para seguir a Jesús, Mateo deja su trabajo, la mesa de cambio y todo cuanto tiene y va tras Jesús.
Muchas veces me he preguntado ¿qué tremendamente interesante y entusiasmante tiene que haber sido Jesús para que quienes le escuchaban, sin más, dejaban todo lo que tenían y lo seguían.
Jesús oye la pregunta de los fariseos a los discípulos y responde con dos aclaraciones, la primera está sacada del sentido común «no necesitan médico los sanos, sino los que están enfermos.
Para Jesús la misericordia es más importante que la pureza. También podríamos afirmar que para Dios la misericordia vale más que todos los sacrificios (Oseas 6.6, Isaías 1 10 al 17). “Dios tiene entrañas de misericordia, que se conmueve ante las fallas de su pueblo” (Oseas 11, 8 al9) Hagámonos la pregunta ¿por qué en nuestra comunidad tenemos ideas preconcebidas?
¿Cuál es el desafío de las palabras de Jesús a nuestra sociedad hoy?
Preguntémonos, si hoy se nos presentara Jesús, estaríamos dispuestos a dejarlo todo para seguirlo?
Creo que, seguramente nos sería difícil decidir y, estoy seguro que tendríamos muchos peros antes de responder.
Si el tema hoy es el debate sobre el aborto. Veo un desbalance entre el discurso Técnico/Bioético/Teológico y la escasa o desconocida acción sanadora/reparadora/y samaritana de la Iglesia con el estilo del Papa Francisco y la Madre Teresa en favor de las víctimas del problema. Aparecemos «tan exquisitamente teóricos» como el sacerdote que pasó de largo («le hizo el quite») frente al hombre asaltado. Sueño con un aviso del Obispo que diga «hemos creado en cada zona pastoral un Consultorio atendido por un equipo técnico interdisciplinario abierto a recibir….. Lo sugerí y no me inflaron.
La respuesta al llamado de Jesus, siempre sera un si, porque quien nos llama es el Dios encarnado, el Dios eterno, Principe de Paz. Como podriamos, o como hariamos para negarnos a un llamado tan grande? Jesus te miraba y te movia a compasion, en su inmenso amor, era el mismo Espiritu de Dios, en presencia de un pecador inmundo como somos todos nosotros. Lo dejariamos todo? Por supuesto que si, si no, no podriamos ser sus discipulos, ni llamarnos cristianos. Saludos.
En realidad no es fácil seguirlo, somos humanos que nos cuesta darnos por entero.Pero personalmente yo creo que yo lo sigo en mi vida familiar, estando presente en lo que necesiten, y a la vz dar la mano a otros que no solo necesitan cosas materiales, sino mucho cariño, amor que es necesario para vivir y tambien enseñar a vivir,asumir con humildad todo aquello que nos sucede y enfrentarlo con amor cristiano