Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
16 Ene 12
Marcos 3, 13-19
“Los doce Apóstoles de Jesús”
Jesús subió al monte y llamó a los que él quiso, y se reunieron con él. Así instituyó a los Doce (a los que llamó también apóstoles), para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar demonios. Estos son los Doce: Simón, a quien puso por nombre Pedro; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes puso el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, el hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo, y Judas Iscariote, el que después lo traicionó.
Jesús, después de una profunda meditación y oración en un lugar aislado, escogió a sus 12 apóstoles para que lo acompañaran a anunciar la Palabra. Estos eran hombres comunes y corrientes que cumplían trabajos como pescadores artesanales, uno era cobrador de impuestos, hombres sencillos, con instrucción básica, incrédulos, concretos, torpes, llenos de sentimientos encontrados como la desconfianza miedo y cobardía. Sin embargo ellos aceptaron el desafío de este Mesías que esperaban y con Él crecieron y proclamaron el mensaje de Dios, dando todo de sí, sobreponiéndose a los sufrimientos más inimaginables por su entrega al Señor. El Iscariote, al reconocer lo traidor que había sido con su Maestro, no pudo perdonarse y optó por el suicidio.
Muchas veces me he preguntado cómo habrá sido la relación entre ellos y creo que de mucha entrega y cariño entrañable, por el privilegio de tener a Jesús a su lado. Una relación que los hacía ser admirados y exclamar a la gente: ¡¡Cómo se aman!! Con este ejemplo a su paso, reclutaban gente para seguir anunciando la noticia del Reino de Dios.
¿Y qué pasa con nosotros… somos escogidos hoy? ¿Les cabe alguna duda? Por la modernidad que vivimos, somos un poco más evolucionados, pero en el fondo (sin querer herir susceptibilidades), tenemos las mismas carencias y contradicciones de nuestros hermanos Apóstoles: somos “cabeza dura”, tenemos muchos apegos y nos cuesta entender las instrucciones del Maestro: “No lleven oro ni plata ni cobre, ni provisiones por el camino” Mt 10,9. Aún Así somos llamados.
Amigos, que no se nos pase la vida hablando de buenas intenciones, seamos valientes, seamos audaces; ya otros los hicieron por nosotros: Teresa de Calcuta, Alberto Hurtado, y un reciente buen samaritano fallecido en Chile en trágico accidente aéreo junto a otras personas en labores solidarias –como Felipe Cubillos- y tantos que no hacen noticia en los medios, pero que trabajan ardua y silenciosamente por la causa del Señor.
En los albores de un nuevo año, meditemos que podemos hacer de nuestras vidas para anunciar el mensaje de Jesús el 2012. Siempre se puede, Dios nos tiene más confianza de la que nosotros mismos nos tenemos. Feliz año nuevo de corazón, junto a sus familias y seres queridos y sigamos caminando juntos.
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