Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.
13 Jun 15
Mt. 5, 38-42
“Yo les digo: No hagan frente al que los agravia”
Ustedes han oído que se dijo: «Ojo por ojo y diente por diente.» Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te hace un pleito por la camisa, entrégale también el manto. Si alguien te obliga a llevarle la carga, llévasela el doble más lejos. Da al que te pida, y al que espera de ti algo prestado, no le vuelvas la espalda.
Una mujer herida y en shock, desde Chañaral (Norte de Chile) es trasladada al hospital de Vallenar, permanece sin hablar por varios días, y cuando lo hace cuenta, que cuando el barro y el torrente del río Salado inundó su casa, la desesperación la llevó a cargar a su hija de ocho años para poder escapar, pero la furia y la fuerza del caudal la fue atrapando hasta sólo dejarla con los brazos y cabeza fuera del agua; ella sube a la niña por sobre sus hombros, pero entonces con un rugido estremecedor el río aumenta su cauce, arrancando de cuajo los cimientos de su casa, ella cae aturdida y su hija es llevada por la corriente a esa hora incontrolable; al despertar, entre el barro y los escombros busca a la niña desesperadamente, pero… no la encontrará.
Con el dolor que hoy siento por mi tierra y mi amado desierto de Atacama (ruego disculpen mi “autorefencia”), debo confesar que una de las cosas que más me ha entristecido en este suceso, es el uso político de esta desgracia. Cierto es que la lluvia fue pronosticada con anticipación, y nosotros los Atacameños, solemos alegrarnos con estos pronósticos, pero creo que nadie pudo haber dimensionado con anterioridad la magnitud del desastre. Absolutamente de acuerdo con la prevención, pero la naturaleza continuamente nos sorprende. Y será siempre así, pues la tierra es parte del universo, y como este, está en continuo movimiento, evolución, y cambios constantes. Lo doloroso es pensar que lo único que no evoluciona ni cambia, es el comportamiento de la humanidad. En este infortunio lo que muchos han hecho es culparse unos a otros, incluso a Dios; sin asumir que, gran responsabilidad sobre las consecuencias de los desastres naturales recae muchas veces en los mismos hombres (ubicación de poblaciones, tipo de construcciones, falta de mirada preventiva, consecuencias de la contaminación sistemática, etc.).
Las catástrofes, los accidentes, según los antiguos judíos, eran muestras de un Dios vengativo y castigador, y estos acontecimientos correspondían a consecuencias de los “pecados” de los hombres; es decir todo se relacionaba con la “culpabilidad”.
En este doloroso suceso, han salido a “relucir” muchas culpas. Críticas, mofas y ridiculizaciones a nuestras autoridades, pero también por parte de ellas, una gran indolencia al profundo dolor de los atacameños.
Jesús propone en este pasaje del evangelio, alivianar la carga, ayudar, consolar; y es así como se hizo presente en este mismo acontecer. He visto ayuda desinteresada, personas que perdieron sus vidas por salvar a otras, también el amor incondicional surgido desde el barro en aquellos que lo perdieron todo, he visto a Cristo en tantos que aún derrotados por la desgracia, no han descansado de trabajar duramente en el auxilio de otros, y quienes han manifestado ternura y consuelo, a viejos, a niños, a hombres y mujeres que hasta el día de hoy están sufriendo demasiado.
La “Palabra” cobra vigencia; no recurrir a la violencia a veces también significa, no incitar a la rabia, no incitar a la ira, no descalificar; sino muy por el contrario, en el dolor poner el “Amor” trasformado en apoyo, en real consuelo, en ayuda incondicional, que es probablemente lo que la mujer de Chañaral que perdió a su hija, necesitará.
“A quien te pida algo dáselo; a quien te ruegue le hagas un préstamo, no le vuelvas la espalda” (Mateo 5-42)”
De verdad siempre nos fijamos en los problemas y maldades de nuestro mundo, criticamos todo y a todos, pero aquí vemos también lo lindo de nuestro mundo, cómo el hermano se vuelca a apoyar al hermano. Los momentos difÍciles son a veces los momentos en que el corazón reacciona y apoya. No simplemente muestra la otra mejilla, sino que entrega las dos si se trata de ayudar!
Verónica siento lo que ha pasado en el norte sobretodo las pérdidas humanas, para los que somos cristianos no ha sido fácil mirar de lejos la situación del norte, y no poder ayudar lo suficiente. Quiero compartir lo que acabo de ver en televisión nacional, me llama mi esposo y es un reportaje como vive el adulto mayor con $85000 pesos ,donde la pieza en que vive el arriendo es de 50000 pesos y el resto 35000 es para pagar la luz y el agua y con el resto deben comer. ¿ Cuántos adultos mayores viven eso ? estos adultos mayores se mantienen recogiendo rastrojos en la feria y con eso pueden subsistir. Hermanos estamos muy lejos de lo que JESÜS nos enseñó, amar ser solidario, pensar en estos adultos mayores que no merecen esa vida ¡que nos diría JESÜS si viniera hoy? que no seamos compradores conpulsivos, que compartamos, que seamos sencillos, que quizás aunque fuera una vez al mes llevaramos merienda a algunos de ellos, nos queda muchísimo por hacer y el tiempo es corto
Lucho, tienes razón, no se debe perder la esperanza en la humanidad, y son estas situaciones un tanto extremas, las que hacen aflorar lo mejor y lo peor del ser humano.
María, sin duda existe miseria en todas partes, pero también una mirada indolente por parte de muchos a esta realidad; para quienes la pobreza se hace invisible.