Una invitación semanal a darse un espacio para leer un trozo del evangelio y compartir una reflexión sencilla a partir de nuestras experiencias de la vida diaria.
Caminando Juntos
Cartillas de Reflexión
Un espacio abierto e interactivo, que pretende enriquecer a un número creciente de personas, especialmente quienes buscan respuestas para sus inquietudes espirituales.08 Nov 20 Lucas 17, 11-19
¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?
De camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia y gritaban: «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros».
Jesús les dijo: «Vayan y preséntense a los sacerdotes».
Mientras caminaban, iban quedando sanos. Uno de ellos, al verse sano, volvió de inmediato alabando a Dios en alta voz, y se echó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole las gracias. Era un samaritano.
Jesús entonces preguntó: «¿No han sido sanados los diez? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios fuera de este extranjero?
»Y Jesús le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».
Nuestro texto hoy, relata un milagro…y algo más. Así son los milagros del Señor. Hechos y gestos con palabras. Señales y signos con Significado. Los leprosos son parte de “los pobres” y de las condiciones extremas del” prójimo” tantas veces mencionados en el Evangelio. Leprosos, esclavos, samaritanos, ciegos/cojos, zelotes y extranjeros. Cada uno, portando una “señal” de segregación, desprecio y discriminación. En el caso de estos leprosos, a su enfermedad, que Lucas como médico conocía bien, se agregan requerimientos de segregación social y distanciamiento por los riesgos de contagio. Jesús quiere dar una señal clara, rupturista y arriesgada de las “obras hacia el próximo” que deben acompañar la Fe en El de sus discípulos. Nadie está exento, y todos son llamados, los pobres tienen “muchos rostros” Aquí, 10 leprosos y además uno samaritano, es decir: enfermo que me puede contagiar. Samaritano: impuro e inmundo en el ámbito de las creencias, todos despreciable socialmente. Una Iglesia, “no de salón. La señal del Papa Francisco, últimamente, es un buen indicador de caminos nuevos para el mundo hoy, y compromisos para las Iglesias. El texto dice que los 10 leprosos “se pararon de lejos y le gritaron… Jesús Maestro, ten misericordia de nosotros …se parece al grito de un chileno que escribe en un muro de una Iglesia Santiaguina ¿dónde está Dios?
Lucas, si lo recordamos, no fue testigo directo de los hechos narrados. Su Evangelio lo escribe” a partir de los relatos de aquellos que vieron y fueron testigos desde el principio, y luego se han hecho Servidores de la Palabra.” … estos son nada menos que Pedro, Marcos y finalmente, su amigo Pablo de Tarso, con quien evangelizó y apoyó a las primeras Comunidades /iglesias de Asia, Grecia y Roma. Cuando Lucas escribe su Evangelio, ya habían pericopas (fotocopias, de hoy) del Evangelio de Mateo y Marcos, como también de las Cartas de Pedro y Pablo que circulaban en las nacientes Comunidades. Lucas, médico sirio, “había llegado tarde a la fiesta”. Seguramente, sus contactos con pacientes y algún vecino, le iniciaron en el conocimiento de Jesús de Nazareth, y el, “Camino” como se le llamaba a la nueva creencia, nacida en la Palestina judía. Sería interesante conocer más detalles de cómo llegó a la Fe y cómo fue su desarrollo. EL libro de Hechos de los Apóstoles y la Carta a los Gálatas dan algunas referencias. Llama la atención la fuerza y dinamismo de los primeros creyentes y la vida interna de sus Comunidades… Pablo, por allí grita ¡Ay de mi si no evangelizare! Qué lejos estamos hoy, de esa fuerza y dinamismo…una Iglesia que aparece como amedrentada, callada y sin Palabra. En algún muro de una Iglesia incendiada, alguien escribió ¿Dónde está Dios? una búsqueda de respuesta, con variados interrogantes en su fondo.